Desde redpacientes invitamos al enfermero y especializado en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito de la salud, Chema Cepeda, para que ofreciera a los miembros de redpacientes su visión sobre las aplicaciones móviles relacionadas con la salud. Aquí tenéis el resultado, y también os invitamos a estar al día sobre éste y otros temas en su blog Saludconectada.
La revolución de las aplicaciones móviles y la salud
En los últimos años se está produciendo una auténtica revolución en el uso de los dispositivos móviles. Los smartphones (o teléfonos inteligentes) y las tablets (o tabletas electrónicas) están cambiando la forma en que las personas consumimos la información y nos comunicamos. Y lo están haciendo a través de las conexiones de datos móviles, que nos permiten estar conectados a Internet en cualquier momento y lugar, y más recientemente a través de las apps o aplicaciones.
Lo que ahora conocemos como Apps, no es más que el diminutivo de aplicaciones móviles, programas de software diseñados de forma específica para estos dispositivos y que nos ofrecen una solución o función determinada. El crecimiento en el número de aplicaciones está siendo exponencial. Según las últimas estimaciones estaríamos hablando ya de alrededor de 1 millón de aplicaciones que podemos descargar para nuestros dispositivos.
La salud es uno de los campos que más se está beneficiando de esta revolución y cada día están surgiendo nuevas aplicaciones con el fin de ayudarnos a mejorar nuestro bienestar, aumentar la información que tenemos de aspectos relacionados con nuestra salud o para mejorar la gestión y el control de distintas enfermedades.
Estamos hablando ya de miles de aplicaciones disponibles etiquetadas o relacionadas con la salud. Solo en la AppStore española hay más de 7.000 aplicaciones sobre salud, aunque como veremos no todas sirven para lo mismo.
Un repaso a varios tipos de aplicaciones
Las aplicaciones relacionadas con la salud más descargadas son las que se dirigen a la modificación de conductas y adquisición de hábitos saludables, como podrían ser por ejemplo las que nos ayudan a comenzar a hacer ejercicio, seguir una dieta o dejar de fumar.
En este grupo tenemos varias apps como por ejemplo Runkeeper, Runtastic,Endomondo, a las que hay que añadir las que están desarrollando las propias marcas deportivas como complemento a pulsómetros, podómetros, etc.
Lo que permiten estas aplicaciones es registrar nuestra actividad física cuando salimos a pasear, correr, o andar en bibicleta y así podemos saber en todo momento la distancia recorrida, el ritmo cardiaco, la velocidad que llevamos, tiempos, etc.
Además, para conseguir que nos mantengamos activos paseando o haciendo ejercicio, introducen aspectos del juego y la motivación a través de distintos retos, o compartiendo la actividad con nuestros amigos en las redes sociales.
Una iniciativa interesante en este sentido es El club del paseo, una web de promoción de la salud a través del paseo que aglutina a muchos paseantes de todo el mundo, donde podemos registrarnos y subir los Km que hacemos en cada paseo, obteniendo unos rankings personales y tenemos la posibilidad de marcarnos unos objetivos o compartirlos con otros paseantes.
También existen aplicaciones para la adquisición de hábitos saludables, como por ejemplo Quitnow, que nos ayuda a dejar de fumar ofreciéndonos estadísticas de los días que llevamos sin fumar, el tiempo y dinero que hemos ahorrado y otros datos relacionados con cómo ha mejorado nuestro índice de riesgo de sufrir otras enfermedades. De esta forma intenta motivarnos para que permanezcamos alejados del tabaco.
Otros tipos de aplicaciones móviles en salud son aquellas que ayudan al control y tratamiento de enfermedades de tipo crónico. En este sentido, la mayor parte de las disponibles suelen dirigirse a pacientes jóvenes, ya que son los que de momento más uso dan a este tipo de herramientas.
Las que más se están desarrollando en este sentido son aquellas orientadas al cuidado de pacientes con diabetes. En esta línea tenemos por ejemplo SocialDiabetes, una aplicación que permite al paciente llevar un control de sus comidas, niveles de azúcar, pautas de insulina y ayudándole a aumentar su autonomía, ya que ofrece recomendaciones sobre distintos aspectos de la alimentación y tratamiento de esta enfermedad.
La pediatría es otro de los campos de la salud que está aprovechando el tirón de las aplicaciones, existiendo ya soluciones como por ejemplo Fiebre niños plus, que es una app muy descargada que nos indica cuál es la dosis de antitérmico recomendada en función del peso del niño, ahorrándonos a los padres estar siempre con la calculadora en la mano. Y otras como iPediatric, elaborada por varios pediatras, es una completa guía de salud sobre niños de 0-12 meses, que nos puede orientar a los padres sobre muchas cuestiones de salud.
También existen soluciones para aumentar la adherencia de los pacientes a los tratamientos, como por ejemplo RecuerdaMed, aplicación que funciona como un pastillero electrónico recordándonos cuando hemos de tomar la medicación y nos ofrece información adicional relacionada con los fármacos, como interacciones farmacológicas y riesgos para la salud.
Otro tipo de aplicaciones nos pueden ayudar a elegir el profesional sanitario, como es el caso de Doctoralia, que nos permite encontrar clínicas o especialistas cerca de nuestro domicilio y ver cuáles son los mejor valorados por otros pacientes, o incluso si lo deseamos tenemos la posibilidad de reservar cita desde la misma aplicación.
La regulación del mercado de las aplicaciones
Este crecimiento espectacular en el número de aplicaciones no está siendo acompañado de ninguna medida de control de tipo sanitario, ya que lo único que se exige por parte de los markets a los desarrolladores de aplicaciones es que cumplan con los mismos requisitos que el resto de aplicaciones, y no se les pide ningún aval o garantía de calidad de salud.
Bien es cierto que no todas las aplicaciones cumplen las mismas funciones, ni tienen el mismo grado de impacto en la salud de las personas, por lo que no se les podrá exigir el mismo tipo de requisitos.
Sea como fuere, en estos momentos los usuarios realmente no sabemos si las aplicaciones que nos estamos descargando son realmente útiles y fiables.
Países como Reino Unido y Estados Unidos están dando pasos en la dirección de organizar o regular las aplicaciones que puedan estar relacionadas con la salud, de la misma forma que ya lo hacen con otros dispositivos médicos.
En España existen algunas iniciativas al respecto, como la de la Agencia de Calidad del Servicio Andaluz de Salud, pero no hay ninguna regulación a nivel estatal, ni sellos que acrediten la calidad de las aplicaciones móviles.
Por otro lado, puede que esta regulación venga de la mano de los propios pacientes y profesionales sanitarios, a través de programas de clasificación y organización de las aplicaciones, o de la mano de recomendaciones de las instituciones relacionadas con la salud.
Lo que parece claro hasta la fecha es que parece que se cumple el famoso dicho de ‘existe una aplicación que hace eso’. Veremos qué nos depara el futuro en este sentido.
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